viernes, 2 de junio de 2017

Artículo final


Gracias a la asignatura de literatura infantil he podido descubrir un mundo de cuentos y libros infantiles que no conocía ni por asomo. He descubierto la importancia de tener una buena biblioteca de aula, así como algunas de las pautas que debemos seguir para ello –incluyendo la selección de los libros adecuados ¡y hasta atrevernos a crearlos nosotras solas o con ayuda de los alumnos! - , así como las diferentes estrategias para contar y leer cuentos. Previamente no sabía todos estos aspectos a tener en cuenta ni su importancia.



Comenzamos el curso aprendido a analizar los diferentes libros infantiles.
Aprendimos a diferenciar entre cuentos literarios y cuentos paraliterarios, y a hacer un análisis de los primeros, que son los que deben estar presentes en nuestra biblioteca de aula, descartando los cuentos paraliterarios ya que el fin de la literatura debe ser lúdico y no el aprendizaje. Recordemos que para que un texto sea considerado literario debe cumplir las siguientes características:
- Su primer objetivo debe ser artístico
- La función lingüística predominante debe ser la función poética
- Debe pertenecer a uno de los tres géneros literarios: narrativa, poesía y textos dramáticos. A pesar de que debemos tener en nuestra biblioteca de aula cuentos de los tres géneros, un aspecto muy importante he hemos aprendido este curso es que los textos teatrales son para ser representados y no para ser leídos, por lo que no tendremos obras teatrales al alcance de los alumnos en la biblioteca de aula. 
- Debe ser un texto de ficción aunque esté inspirado en hechos reales.

Si como maestra hubiese creado una biblioteca de aula con mis conocimientos previos, me habría centrado en llenarla de libros paraliterarios, ahora sé que eso hubiese sido un error. Sin embargo ahora me considero capaz de realizar de forma acertada la selección de los cuentos que pondría en mi biblioteca.
Bajo mi punto de vida esto es algo muy importante que deberían conocer todas las maestras. Creo que no se le da a la literatura en valor que le corresponde, y que es nuestra labor como futuras maestras aprovechar la curiosidad innata en el niño para acercarle a literatura de una forma divertida, como un juego, para que posteriormente, cuando aprendan a leer, desarrollen placer por la lectura.


En nuestra biblioteca de aula debemos tener libros de autor, seleccionados en función de la edad e intereses de los niños hacia los que va dirigida, las ilustraciones, el formato, el contenido y el lenguaje; aspectos que vimos en el análisis de un libro de autor en el bloque 1.
También debemos tener libros folclóricos, aunque estos los tendremos de manera simbólica, es decir estarán en nuestra biblioteca porque se los contaremos a los niños durante la hora del cuento pero, a su vez, estarán fuera de nuestra biblioteca de aula puesto que no se nos debe olvidar nunca que son libros para ser contados por la maestra pero no para ser leídos por los niños; aspecto que desconocía por completo antes de nuestra asignatura de Literatura Infantil. 
Como vimos en el bloque dos, a pesar de que realizar una clasificación no es tarea sencilla, podemos diferenciar entre:
- Textos folclóricos en verso: donde podemos diferenciar tres grandes bloques: las rimas de ingenio, las danzas de corro y los juegos y rimas de movimiento y acción.
- Textos folclóricos en prosa: los principales tipos son los mitos, las leyendas, las fábulas y los cuentos.
- Textos folclóricos teatrales: Los teatrillos de títeres y marionetas presentan un especial atractivo para los niños. 

En el bloque 2, además de conocer de forma más teórica los diferentes textos folclóricos, pude aprender los múltiples beneficios que podemos obtener de ellos en el aula. También aprendimos a hacer una selección de textos folclóricos y a realizar un análisis de los mismos así como la selección de la edad adecuada para diferentes cuentos folclóricos.

Previamente a nuestra asignatura de literatura infantil no sabía diferenciar aquellos cuentos folclóricos de los que no lo son. Los textos folclóricos pertenecen a nuestra tradición y es nuestra labor como maestras llevarla a las aulas. Tenemos infinidad de textos folclóricos, cuentos, canciones, retahílas... entre los que elegir para enseñárselos a nuestros alumnos.


Por otro lado, hemos abordado durante nuestro viaje por la literatura las diferentes estrategias de transmisión literaria: el cuentacuentos, la narración con libro y la lectura; así como los criterios que debemos tener en cuenta para elegir una estrategia u otra en función del cuento que queramos contar. 
- Para el cuentacuentos son muy adecuados los cuentos folclóricos, puesto que deben ser narrados sin la ayuda de un libro. En el cuentacuentos no se utilizan ilustraciones, las únicas imágenes que el receptor ve las crean su imaginación. Además, a través del relato, los niños aprecian el valor musical del lenguaje y desarrollan su capacidad de comprensión auditiva.
- En la narración con libro no se lee, sino que se cuenta con el apoyo de las imágenes. El narrador va recreando la historia a través de las ilustraciones que muestra a los niños, asegurándose que se fijan en los detalles, gestos…
Al igual que en el cuenta cuentos, el maestro debe conocer la historia antemano para trasmitirla con sus palabras e interactuar de forma constante con los receptores.
La narración con libro está pensada, principalmente, para trabajar la decodificación gráfica, icónica y, por ello, El maestro no cuenta la historia ilustrándola con las imágenes, sino que "cuenta" las ilustraciones, en consecuencia las ilustraciones deben ser ricas y el texto, a pesar de ser literario, no perder calidad ante las posibles pequeñas modificaciones que se hagan al contarlo.
- En lo que se refiere a la lectura, el niño pre-lector está en un momento de descubrimiento, de investigación, de ansia por aprender y por conocer la hora del cuento es para ellos una hora y los libros un misterio. Ellos mismos leen siguiendo con el dedo las líneas, recitando el cuento. Es muy importante que el niño escuche y entienda los libros que le leen y que comparta con otros niños esa sensación de emoción, expectación, silencio y comprensión. La lectura de cuentos es un importante contacto con la lectura, por tanto, tenemos que servir de ejemplo y leer como le haríamos a un adulto: sin intercambiar voces y sin exagerar las entonaciones. Debemos tener en cuenta aspectos como la entonación, el ritmo, el volumen, la expresividad, las pausas, y además, debemos leer despacio, claro y vocalizando, sin resultar tediosos. 


Este bloque, de todos los que hemos visto durante el curso, es el que menos novedoso me ha resultado porque conocía de antemano las diferentes técnicas; sin embargo, no sabía seleccionar una estrategia u otra en función del libro, es más, ni siquiera sabía que debíamos tener en cuenta el cuento para elegir la estrategia más adecuada.

En relación con lo anterior, hemos aprendido que la hora del cuento debe ser un momento mágico, de relajación y escucha. Recordemos que debemos tener en cuenta algunos aspectos en el momento de contar cuentos:
- El clima debe ser el propicio. 
- Los niños no se convierten de forma automática en buenos oyentes, al principio pueden mantener un tiempo breve de atención. Por este motivo, con los más pequeños debemos partir con cuentos de cinco minutos, después iremos avanzando gradualmente hasta los diez o quince minutos e ir aumentando hasta los treinta minutos que es un periodo ideal para los niños de último curso de infantil, si están acostumbrados.
- No debemos convertir este momento en una ocasión para enseñar. Como hemos indicado anteriormente debemos tener la clara la diferencia entre cuentos literarios y paraliterarios.
- Cualquier momento se puede convertir de forma espontánea en un buen momento para narrarles o leerles cuentos.
- La interacción con los niños es imprescindible. Un aspecto que me parece muy importante, y que he aprendido gracias a esta asignatura, es que no debemos hacer preguntas “de memoria” del estilo de ¿Qué pasaba cuando el niño se iba al bosque?, sino preguntas para saber qué significado han extraído ellos del cuento, si se han sentido identificados con el personaje que sentía, celos, miedo etc.


La actividad referente a este bloque, que fue la de contar cuentos a otros compañeros, me gustó mucho y creo que realmente pudimos aprender puesto que ya era la tercera actividad y ya conocíamos diferentes cuentos y pudimos poner en práctica aspectos que habíamos aprendido hasta el momento. 


Por último, como hemos indicado en el inicio de nuestro blog, podremos tener en nuestra biblioteca de aula creaciones literarias hechas bien por nosotras o bien con la ayuda de los niños. Sinceramente, antes ni se me pasaba por la cabeza la idea de las creaciones literarias hasta tal punto como el que he podido aprender. Me parece una forma maravillosa de hacer de la literatura algo lúdico y que cada niño se convierta en autor, sintiendo el libro como algo muy suyo. Además tal y como pudimos ver en el bloque cuatro, son numerosas las estrategias que podemos realizar para evitar el síndrome de la hoja en blanco en el momento de realizar una creación literaria, estrategias que yo desconocía por completo y que me ha encantado descubrir.



En conclusión puedo decir que me ha gustado mucho esta asignatura, que me ha hecho descubrir el mundo de los cuentos infantiles desde los ojos de una maestra y a su vez ha supuesto una vuelta a mi infancia escuchando a mi profesora Irune contarnos cuentos y leyéndolos yo por mi cuenta porque me quedaba con ganas de más. 

Previamente a la asignatura para mí todos eran cuentos, y ahora sé hacer una clasificación mucho más acertada, diferenciando entre libros y cuentos, entre textos literarios y paraliterarios, entre cuentos folclóricos de aquellos que no lo son, entre las diferentes estrategias de narración. Además he aprendido a realizar algo que, como he indicado anteriormente, me parece fundamental para toda maestra, y es a seleccionar los libros y cuentos adecuados para sus alumnos siguiendo los criterios acertados.

BIBLIOGRAFÍA

Labajo González, I. (2017) Teoría de la asignatura de Literatura Infantil

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